Disfruté mucho de la atención al detalle, como el desayuno preparado cada mañana y la deliciosa comida del bar de vinos, que realmente nos hizo sentir como en casa. Además, el hotel ofrece zonas de relajación, incluyendo un agradable salón y una terraza perfecta para disfrutar del vino. Solo noté que los horarios del bar podrían ser más flexibles para aquellos que llegan un poco más tarde. 🍷

Cómodas habitaciones, atención excepcional de los propietarios y un ambiente relajado. Las cenas en la terraza son un must, con preciosas vistas al río. Además, el hotel proporciona útiles recomendaciones para explorar el encantador pueblo.

El menú del desayuno podría ofrecer más variedad,, aunque las opciones son de buena calidad.

* Vistas impresionantes
* Atención excepcional
* Comida local deliciosa

* Desayuno con opciones limitadas

La atención al detalle fue impresionante, especialmente

la manera en la que Sergio y Marta nos recomendaron actividades locales, además de ofrecer un desayuno delicioso. El ambiente del hotel es acogedor y limpio. Las cenas en la terraza nos permitieron disfrutar de vistas panorámicas, aunque el acceso a internet pudo ser más estable.

Desayuno especial a horas imprevistas!

La experiencia en el Hotel Vinoteca Alquezar fue maravillosa. Disfruté de un desayuno a la carta con productos de máxima calidad y cercanía. La habitación era muy cómoda, con vistas impresionantes desde el balcón donde cada amanecer era un espectáculo. La vinoteca ofreció unos picoteos increíbles y la atención de Sergio y Marta fue excepcional, siempre cercanos y dispuestos a compartir su pasión por los vinos.

Ninguna queja significativa, solo desearía un poco más de variedad en el desayuno.

el desayuno podría tener más variedad. pero la habitación era amplia y limpia. las vistas desde el balcón eran espectaculares. la atención de los propietarios fue excepcional.

Habitaciones cómodas con un balcón que ofrece vistas espectaculares cada amanecer. La experiencia de degustación de vinos es un lujo que no debe perderse, especialmente en un lugar que parece saber lo que hace respecto a su oferta de picoteos.

Hay que dejar por escrito la hora del desayuno y lo que deseas comer, lo cual puede ser un inconveniente si te despiertas temprano o no has tenido una buena noche de sueño. Además, el desayuno, aunque muy bueno, podría mejorar en cuanto a opciones, ya que solo había panecillos de chocolate y unas pocas variedades de mermeladas y zumo no natural.

El trato es muy personal y las vistas son impresionantes. Ideal para quienes disfrutan del vino, tienen una cata personalizada. El aparcamiento es muy accesible. No olvides pedir un desayuno especial, ¡te lo llevan a horas "imprevistas"!

El clima no ayudó, ¡no pude hacer mi sesión de bronceado en el balcón!

gran estancia pero con algún detalle por mejorar

La atención de Sergio y Marta fue excepcional y realmente nos hicieron sentir como en casa. La vinoteca y el picoteo ofrecieron productos de calidad, haciendo nuestras tardes muy agradables. Las vistas desde el balcón eran impresionantes, un verdadero deleite.

Sin embargo, el desayuno tenía opciones limitadas y sería genial que pudieran ofrecer más variedad.

La mejor escapada para amantes del vino

La experiencia fue increíble. Conocimos a Sergio y Marta, quienes compartieron su pasión por los vinos y la comida. La habitación tenía un balcón espectacular donde disfrutamos del amanecer. Además, la vinoteca tiene unos picoteos riquísimos. Solo noté que el acceso a internet podía ser un poco inestable.

la atención de sergio y marta superó mis expectativas, brindándonos un trato cercano y detalle en el servicio. las cenas en la terraza del wine bar fueron la mejor parte, con platos espectaculares que hicieron nuestra experiencia inolvidable.

faltaron opciones en el desayuno.

la ducha fue excelente y la cama muy cómodac. el clima no ayudó mucho.

El lugar tiene un ambiente agradable y la habitación con balcón fue una buena elección. Sin embargo, el desayuno tiene opciones limitadas, lo que podría mejorar con el tiempo. fue un poco incómodo tener que planificar el desayuno con antelación, especialmente si no sabes a qué hora te despertarás.

Fue una opción decente para una escala de fin de semana en Alquézar, con una buena relación calidad-precio. La habitación era sencilla pero cómoda, con un balcón que ofrecía unas vistas increíbles al amanecer. Si te gusta el vino, aprovecha para disfrutar de una cata en el lugar, ¡vale la pena!